Carmen Alcayde ha quedado en el puesto 36 en la encuesta de las 100 mujeres mas sexys del mundo 2008






* En el año 2006 quedo la numero 63 y en el año 2007 quedo la numero 29

Entrevista a Carmen Alcayde en el QMD


La valenciana asegura que su pecho es natural y que sólo se ha operado la nariz. Eso sí, se gasta un pastón en su cuerpo





Me recibe vestida de blanco y con ganas de irse acasa. Hoy, 9 de abril, es su cumpleaños. “Cumplo 35, que en la última entrevista saltaron directamente a los 36”. Me cuenta que lo celebra durante tres días, (como las bodas gitanas, digo yo) y que esta noche cenará con su marido. Pero antes me tiene que contar muchas cosas sobre ella y sobre su programa, Las gafas de Angelino.

Casi sin respetar el luto del ‘Tomate’, regresas a las tardes de tele 5…
(Risas) Estoy pagando algo de una vida anterior. Es broma. Jorge y ahora Angelino son dos gamberros maravillosos y yo estoy dispuesta a recibir sus balas. Para mí descansar dos meses ha sido suficiente.

¿A qué te has dedicado esos 60 días?
He estado escribiendo un libro, me he ido a Valencia, a la playa, a ver a mis amigos, a mi familia. Cuando me dijeron que tenía que volver, ya tenía ganas de trabajar. Además, Las gafas de Angelino me pareció una idea muy original.

¿Qué te molesta más, que te llamen la escotes o la ex tomatera jamonera?
Nada. Me parto. El mote ‘escotes’ me parece genial. Es verdad, me pongo escotes. Cuando cumpla años y las tenga por el suelo, entonces ya me las taparé.



¿Crees que los críticos están siendo demasiado duros con el programa?
Viniendo del ‘tomate’ las críticas no es que te resbalen, pero casi. No suelo leerlas, porque la gente que trabajamos en esto, y tú lo sabes, somos muy vulnerables. A mí las únicas críticas que me interesan de verdad son las de la audiencia, y estamos luchando duro, día a día, para reconquistarles.

¿Quién te ha llamado más, Jorge Javier o la madre de Angelino?
Jorge Javier. Me mandó un ramo de flores el día del estreno, y a la madre de Angelino la he llamado yo dos veces. Le he dicho que no se preocupe, que yo le cuido al niño, que haré que no se lo crea y que un día me pasaré por el pueblo a verla.

¿Echas de menos a Jorge?
Ahora hablamos más que cuando estábamos en el ‘tomate’, que teníamos ganas de perdernos de vista.



Sé que quieres hablar de tu libro, como el querido Umbral…
Es un libro de parejas. Es una mezcla de lo que les pasa a mis amigos, de mi vida en pareja…

La revista ‘Time’ dice que los hombres con rasgos muy varoniles son más infieles…
Voy a ser súper creída o súper ignorante, pero a mí nunca me han sido infieles. Y me gustan los hombres con rasgos varoniles, pero también dulces y tímidos.

¿Qué harías con un póster de El Duque?
Lo enmarcaría, porque el póster sólo ya no es de mi edad. Si mi chico me dejara, lo pondría encima de la cama. Este hombre es un Brad Pitt español. El canalla dulce, nos han dado en el clavo al 90 por ciento de las mujeres. El otro día estuve en el estreno, le di dos besos y se me caía la baba. Mi chico se parece mucho a El Duque.



Durante cinco años (de marzo de 2003 a febrero de 2008), compartió plató con Jorge Javier, a quien le une una bonita amistad: “Ahora hablamos más que cuando estábamos en el ‘tomate’, que teníamos ganas de perdernos de vista”, confiesa. El 31 de marzo comenzó a preocuparse de su nuevo compi, Angelino: “He llamado dos veces a su madre. Le he dicho que yo le cuido al niño.”

Además del físico, ¿qué te conquistó de tu marido?
Muchas cosas. Química, feeling, que da igual que estés en un desierto que te diviertes, que con una mirada surge el deseo. Ser amigos y amantes.



¿Cuánto de lo que ganas lo inviertes en tu ‘packaging’,como diría Risto?
En mi cuerpo invierto bastante. Me he enganchado. Estoy apuntada al gimnasio, cada quince días voy a estética, me pongo mis vitaminas, hago tratamientos para que me brille el pelo… Tampoco me arruino pero me gasto un dinero que creo que está bien gastado mientras esté delante de la cámara.

¿Confiesas que eres carne de quirófano, Carmen?
Me operé la nariz. He sido muy creída y me gustaba, pero para la tele me quise dulcificar un poco mi perfil. Eso fue por trabajo. Ahora, no voy a decir que ¡vivan las arrugas!, porque si no me quedan bien dentro de unos años pienso quitármelas.

¿Cuántas veces has tenido que escuchar que tu pecho es operado?
Me lo han dicho hasta mis amigos íntimos. En mi armario no hay cosas con escotes, no enseño teta en mi vida normal. Un día enseñas y piensan “se ha puesto pecho”. Además, la televisión también engorda el pecho…



Confiesas que eres pudorosa pero también estás entre las más deseadas.
Soy pudorosa para hacer topless. Posé para FHM porque estaba estupenda y quería aprovechar el momento. Mi marido siempre dice que estoy más explosiva en la tele, porque por la calle no llamo la atención.

¿Si te ofrecieran un papel en una peli donde tuvieras que aparecer como Dios te trajo al mundo?
Pues igual no lo hago. Ahí sí que se me pasó el arroz.

Pregunta previsible. ¿Niños para cuándo?
Siempre he dicho que cuando el ginecólogo me dijera que ya. Me voy animando. Me va apeteciendo. A lo mejor con un hijo me basta. Estoy tan bien con mi pareja que me apetece tener familia.

¿Y eso que en Nochevieja le dejas cenando solo?
En Oviedo estuvo debajo del balcón viéndome dar las campanadas.

Oye, ¿por qué te echaron del colegio?
No me echaron. Fue en tercero de EGB. Me dijeron que me iba más otro tipo de educación, porque era un colegio muy estricto, del Opus. Era muy gamberra. Llevaba a las chicas en el baño y les enseñaba palabrotas. Además, sólo había niñas. Y a mí me gustaba más niñas y niños, porque es más divertido.



Cuándo te cambiaron con niños, ¿te divertiste?
Sí, sí, la verdad que sí.

¿Te imaginabas de pequeñita triunfando en la tele?
Sí, desde pequeña me he grabado. Delante del espejo hacía programas, he escrito… Tenía muy claro que quería dedicarme a comunicar.

Coincidiste con la princesa Letizia en un Máster. ¿Quién crees que ha tenido más suerte de las dos?
Uf, yo no me cambiaría por ella, ni ella por mí tampoco. Cada una en su estilo ha tenido suerte. La admiro. Espero que esté feliz, porque para mí no sería nada bueno ser Princesa.

¿Tú posarás con tu hijo en la puerta de la Rúber?
Saldré por la puerta de atrás (Risas). Qué va, posaría, pero sola con mi bebé.